lunes, 16 de agosto de 2010

SER O ESTAR

Oh marine
oh boy
una de tus dificultades consiste en que no sabes
distinguir el ser del estar
para ti todo es to be
así que probemos a aclarar las cosas

Por ejemplo
una mujer es buena
cuando entona desafinadamente los salmos
y cada dos años cambia el refrigerador
y envía mensualmente su perro al analista
y sólo enfrenta el sexo los sábados de noche

en cambio una mujer está buena
cuando la miras y pones los perplejos ojos en blanco
y la imaginas y la imaginas y la imaginas
y hasta crees que tomando un Martini te vendrá el coraje
pero ni así

Por ejemplo
un hombre es listo
cuando obtiene millones por teléfono
y evade la conciencia y los impuestos
y abre una buena póliza de seguros
a cobrar cuando llegue a sus setenta
y sea el momento de viajar en excursión a Capri y a París
y consiga violar a la Gioconda en pleno Louvre
con la vertiginosa polaroid

En cambio
un hombre está listo
cuando ustedes
oh marine
oh boy
aparecen en el horizonte
para inyectarle democracia

Mario Benedetti

martes, 6 de julio de 2010

TÁCTICA Y ESTRATEGIA

Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos
mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible
mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo
ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos
mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos
mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple
mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo
ni sé
con qué pretexto
por fin
me necesites.

viernes, 4 de junio de 2010

El Canje

Es importante hacerlo

quiero que me relates
tu último optimismo
yo te ofrezco
mi última confianza

aunque sea un trueque
mínimo

debemos cotejarnos
estás sola
estoy solo
por algo somos prójimos

la soledad también
puede ser
una llama.


Mario Benedetti

sábado, 29 de mayo de 2010

Rostro de Vos

Tengo una soledad
tan concurrida
tan llena de nostalgias
y de rostros de vos
de adioses hace tiempo
y besos bienvenidos
de primeras de cambio
y de último vagón.

Tengo una soledad
tan concurrida
que puedo organizarla
como una procesión
por colores
tamaños
y promesas
por época
por tacto
y por sabor.

Sin temblor de más
me abrazo a tus ausencias
que asisten y me asisten
con mi rostro de vos.

Estoy lleno de sombras
de noches y deseos
de risas y de alguna
maldición.

Mis huéspedes concurren
concurren como sueños
con sus rencores nuevos
su falta de candor
yo les pongo una escoba
tras la puerta
porque quiero estar solo
con mi rostro de vos.

Pero el rostro de vos
mira a otra parte
con sus ojos de amor
que ya no aman
como víveres
que buscan su hambre
miran y miran
y apagan mi jornada.

Las paredes se van
queda la noche
las nostalgias se van
no queda nada.

Ya mi rostro de vos
cierra los ojos
y es una soledad
tan desolada.

Mario Benedetti

Eclesiastés C.3 v. 1 - 9

1.Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.
2 Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado;
3 tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar;
4 tiempo de llorar, y tiempo de reir; tiempo de endechar, y tiempo de bailar;
5 tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar;
6 tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar;
7 tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar;
8 tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz.
9 ¿Qué provecho tiene el que trabaja, de aquello en que se afana?

Te deseo…



Te deseo primero que ames y que amando, también seas amado. Y que de no ser así, seas breve en olvidar y que después de olvidar, No guardes rencores.

Te deseo también que tengas amigos y que, incluso malos e inconsecuentes sean valientes y fieles y que por lo menos haya uno en quien confiar sin dudar.

Y porque la vida es así, te deseo también que tengas enemigos. Ni muchos ni pocos… en la medida exacta, para que algunas veces, te cuestiones tus propias certezas… y que entre ellos, haya por lo menos uno que no sea justo, para que no te sientas demasiado seguro.

Te deseo además que seas útil, más no insustituible. Y que en los momentos malos, cuando no quede más nada, esa utilidad sea suficiente para mantenerte en pie.

Igualmente te deseo que seas tolerante, no con los que se equivocan poco, porque eso es fácil, sino con los que se equivocan mucho e irremediablemente y que haciendo buen uso de esa tolerancia, sirva de ejemplo para otros.

Te deseo que siendo joven no madures demasiado de prisa… y que maduro no insistas en rejuvenecer y que siendo viejo no te dediques al desespero. Porque cada edad tiene su placer y su dolor y es necesario dejar que fluyan entre nosotros.

Te deseo de paso, que seas triste. No todo el año, sino apenas un día. Pero que en ese día descubras que la risa diaria es buena y que la risa habitual es sosa y que la risa constante es malsana.

Te deseo que descubras, con urgencia máxima, por encima y a pesar de todo, que existen y que te rodean, seres oprimidos, tratados con injusticia y personas infelices.

Te deseo que acaricies un perro, alimentes un pájaro y oigas a un jilguero erguir triunfante su canto matinal, porque de esta manera, sentirás bien por nada.

Deseo también, que plantes una semilla, por más minúscula que sea y la acompañes en su crecimiento, para que descubras de cuantas vidas está hecho un árbol.

Te deseo además, que tengas dinero, porque es necesario ser práctico y que por lo menos una vez al año, pongas algo de ese dinero frente a ti y digas “esto es mío”… sólo para que quede claro… quien es el dueño de quien.

Te deseo también que ninguno de tus afectos muera, pero que si muere alguno, puedas llorar sin lamentarte y sufrir sin sentirte culpable.

Te deseo, por fin que siendo hombre, tengas una buena mujer… y que siendo mujer, tengas un buen hombre… mañana y al día siguiente y que cuando estén exaltados y sonrientes, hablen sobre amor para recomenzar.

Si todas estas cosas llegaran a pasarte… no tengo nada más que desearte…


Victor Hugo